Douglas A-1H Skyraider – Tamiya 1/48, por Juan Villegas

El A-1 fue diseñado por Ed Heinemann para la Douglas Aircraft Company partiendo de un requerimiento de la US NAVY, durante la Segunda Guerra Mundial, en el que se solicitaba una aeronave embarcada, monoplaza, de largo alcance y altas características para ser utulizada como bombardero.

Realizó su primer vuelo ya en Marzo de 1945, sin llegar a entrar en servicio en esta guerra ya que los primeros ejemplares de producción se entregaron en Diciembre de 1946.

Tuvo su bautismo de fuego en la guerra de Corea donde por entonces constituía la espina dorsal de la aviación embarcada de la US Navy al superar por mucho a los primeros reactores embarcados en términos de carga útil y autonomía.

Cuando los EEUU entraron en guerra en Vietnam el A-1 era aún el avión de ataque embarcado en muchos portaaviones, donde poco a poco iba siendo sustituído por el A-6 Intruder.

Este avión no deja de ser una reminiscencia de la Segunda Guerra Mundial, a la que llegó tarde, y que se vio envuelto en conflictos en los que los reactores ya eran los dueños de los cielos.

Aún así su gran capacidad de carga, resistencia a los daños y maniobrabilidad a baja altura hicieron que estuviese en servicio hasta los años 70 aunque, eso sí, en zonas donde la concentración de AAA y SAM no fuera muy fuerte.

La maqueta protagonista de este artículo representa un conocido A-1H del VA-176 embarcado en el USS Intrepid. Este avión tiene en su palmarés el derribo de un Mig-17 el 9 de Octubre de 1966 estando a los mandos el LTJG William T. Patton. Este avión fue transferido a la USAF en 1968 para un nuevo tour en el Sudeste Asiático, siendo derribado el 2 de Julio de 1969.

Esta maqueta la inicié con la intención de ser un proyecto rápido en construcción y lento en pintura pero, como tantas otras veces, el proyecto se vuelve lento en todas sus fases. El kit de Tamiya es de esos que casi se montan solos, teniendo únicamente un par de “peros”: el ajuste del morro, que necesita algo de trabajo y el despiece de los pozos del tren de aterrizaje, que incluyen en una sola pieza un lateral de los pozos y la compuerta que cierra los mismos. Esto dificulta un poco el acceso durante la fase de pintura y no acabo de entender muy bien que sentido tiene este diseño.

Por lo demás la maqueta tiene muy buen detalle y un ajuste casi perfecto.

El avión ha sido remachado por completo, con mucha paciencia ya que son muchas las líneas de remaches que hay que hacer. Afortunadamente el trabajo es agradecido a la hora de ponerse a pintar.

Después de hojear muchos libros y consultar cientos de fotos en Internet la idea es representar un avión castigado, con muchas horas de vuelo encima como se puede ver en las fotos de época.

Una cosa que me influyó mucho a la hora de plantear la pintura fue la lectura del libro de Osprey “US NAVY Skyraider Units of the Vietnam war” y “The A-1 Skyraider in Vietnam: The Spad’s last war” de Schiffer. En ellos, a través de los relatos de los pilotos que lo volaron, se hace referencia contínuamente a las duras condiciones de vuelo: aviones atravesando explosiones provocadas por sus bombardeos, climatología muy adversa, vuelos a ras de mar y tierra y aviones volviendo a su portaaviones con sus alas, hélices y estabilizadores mellados por metralla e incluso restos de vegetación.

Como casi todos los aviones el Spad tiene su particular “weathering”, reprensentado principalmente por sus características manchas de escape, muy acusadas y alargadas por el fuselaje del avión. La panza del avión también será objeto de un tratamiento intenso de humos, manchas de fluídos y salpicaduras.

Respecto a las alas, en las fotos de aviones operativos se ve una gran diferencia de color entre la parte fija del ala, que presenta un acabado muy sucio, y la que se pliega hacia arriba para el aparcamiento, menos castigada y que aparece mucho más clara en las fotografías.

Por último he intentado representar las múltiples salpicaduras que se aprecian en algunas fotos. Obviamente no dispongo de fotos “operativas” de todas las partes del avión así que para representarlo he hecho una mezcla con las imágenes de las que dispongo, un poco lógica, alguna idea obtenida de aviones “reales” vistos en algún aeródromo y bastante efectismo.

Sólo espero que el resultado os guste.

Para el cockpit usé el kit de CMK que ofrece una mejora marginal respecto al del kit. Sólo el asiento merece la pena, siendo el resto del detalle prácticamente idéntico al de la maqueta. Además requiere bastante trabajo para conseguir un ajuste correcto.  

El color predominante es el negro, así que hay que tener cuidado al representar los distintos botones para que la cabina no parezca un árbol de navidad.

Para resaltar los detalles he usado “Dust Effects” y “Africa Dust Effects” de AK Intercative.

Los diales están representados con la calca que trae la maqueta, y que considero están muy infravalorados, ofreciendo un buen acabado si la base sobre la que se sitúan tiene un relieve adecuado. He añadido un mapa y un libro que pretende pasar por el manual de vuelo del avión o cualquier otra cosa ya que las tripulaciones podían pasar bastante tiempo sentados en sus aviones en situación de alerta.

Los laterales de la cabina tienen poco detalle aunque apenas son visibles. Se pintan con XF-24 Dark Grey  de Tamiya y se añaden un par de calcas sobrantes de otras maquetas.

Antes de cerrar el fuselaje hay que preparar el montaje de una antena segura. Vi hace tiempo algo así en una web de modelismo y tenía ganas de probarlo. Con un trozo de tubo de latón de 0.5×0.3mm se prepara la entrada en el fuselaje y la cola. La antena será hilo de pesca de 0.13mm y se introduce primero la parte de la cola, haciendo un nudo y fijándolo con ciano para inmovilizarlo completamente. En el fuselaje se inserta un eje hecho con un trozo de clip y el muelle que mantendrá la tensión y que he sacado de un bolígrafo. Pasamos el hilo por el muelle hasta conseguir tensión suficiente, lo anudamos y lo fijamos también con una buena gota de ciano o epoxi, o lo que tengamos a mano. Puede parecer laborioso pero se hace rápido y podemos tropezar cientos de veces en la antena, que esta no se moverá de su sitio y se mantendrá perfectamente tensa.

En los pozos se añade algo de detalle con plástico estirado y plasticard ya que si no se verá demasiado plano.

También se añade algo de detalle en los soportes, sobre todo en los que quedarán libres, que son el central del fuselaje y los dos más externos de las alas.

Los cañones se reconstruyen con tubo metálico y varilla de plasticard

El tubo pitot se construye con tubo metálico y la parte más fina con un alfiler fino limado por su punta.

Al motor se le han añadido los cables de ignición cortados de hilo de estaño de 0.3mm y se han ahuecado las salidas de los escapes. Se pintó con aluminio de Alclad barnizado en mate de Vallejo ya que me gusta mucho el aspecto metálico apagado que queda después. Para destacar los detalles utilicé óleos, primero un marrón muy oscuro obtenido de mezclar Burnt Umber + negro y después con negro puro solamente.

Las aletas que cierran el frontal del carenado del motor pueden montarse abiertas o cerradas. Yo prefería la primera opción para dejar el motor a la vista.

Están pintadas en blanco, barnizadas en satinado y ensuciadas con las mismas mezclas del motor. Los trazos de suciedad se hacen arrastrando el óleo con un pincel fino y retocando con otro pincel y disolvente limpio. Los últimos y más intensos se hacen con un lápiz acuarelable marrón oscuro y otro negro.

Aquí puede verse el efecto general del trabajo de remachado. Aplico una aguada con negro muy disuelto por todo el avión y, una vez seca, limpio la pintura con un paño humedecido en agua. Así la pintura se quedará acumulada en los remaches, líneas de panel y alrededor de algunos detalles creando un presombreado muy suave si después somos finos con las capas de pintura posteriores.

El A-1H iba pintado en Light Gull Grey en las superficies superiores e Insignia White para las inferiores, alerones y timón.

Para el blanco usé directamente XF-2. Para el gris partí una mezcla de XF-19 (4) y XF-2(3) y sólo una gota de XF-66. Es una mezcla orientativa y que creo que debería variar un poco en función del gusto de cada uno y del tratamiento que vaya a recibir la pintura a continuación.

Para pintar el borde de ataque de las alas y del morro se usa de nuevo Aluminio de Alclad, y negro para la banda antirreflejo y el antideslizante de las raíces alares.

A partir de aquí empieza la parte más divertida de la pintura, al menos para mí. Comienzo el ensuciado de la parte inferior del avión con marrón mate oscurecido ligeramente con negro. Con la pintura muy diluída, la presión muy baja y el aerógrafo en perfectas condiciones se sombrean las líneas de panel de la parte central del fuselaje y los paneles alares más cercanos a este, disminuyendo su efecto hasta llegar a la zona de plegado de las alas.

Con la misma mezcla un poco más oscurecida repito el proceso, sin cubrir del todo el color anterior y, en las alas, limitándome sólo a los alrededores de la parte central.

Aprovecho y creo también nubecillas de suciedad, aerografío líneas de remaches al azar  y, con los flaps ya montados, creo manchas de suciedad provocadas por las salpicaduras de las ruedas tras los pozos del tren de aterrizaje.

Sobre el gris uso primero el color base aclarado con blanco utilizándolo unas veces en el interior de algunos paneles y otras veces sobre las líneas de panel, intentado sobre todo huir de la uniformidad.

Con el color base oscurecido con gris se hace lo mismo que en el paso anterior, es ahora cuando empezamos a ver el contraste en el avión. En las alas este color lo uso, de nuevo, sólo hasta la zona de articulación del ala. Ambos colores nos sirven ya para ir creando una base para el desgaste posterior.

Antes de colocar las calcas quiero tener una buena base para los humos de escape así que pinto unos trazos generales con XF- 59 Desert Yellow. Ha de ser una mancha relativamente amplia ya que este color será el más claro y el que al final quede más al exterior de la mancha creada por los humos de escape. Se insiste más en la parte central, procurando que los bordes exteriores sean más transparentes e intentando crear también trazos verticales que rompan la uniformidad de la misma.

El avión con las calcas puestas, todos los códigos y numerales están recortados individualmente y el resto están recortadas hasta el límite para minimizar en lo posible la película transparente de la calca. Es un proceso laborioso  pero se adaptan perfectamente sin dar el más mínimo problema. La decoración es, para mí, la más bonita de las que lucieron estos aviones y de las más bonitas de todos los aviones de la US NAVY en aquellos tiempos de los esquemas de alta visibilidad.

Con las calcas ya selladas continuamos el proceso de pintura de los humos de escape. El color base lo oscurecemos con un poco de XF-10 Marrón mate o XF-64 Marrón rojizo, pintando hacia el interior de la mancha creada en el paso anterior. A continuación oscurecemos el color aún más, ya sea con un marrón oscuro o con negro y vamos ciñéndonos aún más al interior de la mancha hasta usar en el último momento negro puro. La pintura ha de estar siempre muy diluida ya que lo que se busca es crear siempre capas transparentes lo que nos aportará una gran riqueza de tonos.

Cada tono que usemos no ha de limitarse únicamente al interior de la mancha, sino que para darle vida podemos hacer trazos hacia el exterior, trazos verticales y manchas fuera de su sitio “lógico”.

Los colores más claros se extienden por los laterales del fuselaje casi hasta la cola, sin olvidarnos de los estabilizadores horizontales y vertical, también dentro del alcance de los humos.

En la parte inferior el proceso es idéntico, sólo hay que ser un poco más fino ya que hay que tener en cuenta que trabajamos ahora sobre color blanco. Los tonos más oscuros los limito a la raíz alar y poco más.

A partir de aquí empieza lo más intenso del trabajo de pintura dándole vida mediante diversas técnicas que harán que este sea un proceso “vivo”.

Desde el principio a través de las fotos se muestra un proceso lineal: aerógrafo-óleos-lápices pero eso no quiere decir que una técnica vaya dejando atrás a la otra, al contrario, se van complementando ya que conservo las mezclas de aerógrafo y óleos para reutilizarlas en cualquier momento ya sea para complementar, corregir o añadir algo al proceso de pintura.

Comienzo utilizando varios tonos de AK Interactive para resaltar detalles, líneas de panel y añadir tonalidades a los colores aplicados a aerógrafo previamente. Pueden aplicarse directamente si queremos un efecto más intenso o diluídos si queremos más suavidad. En todo caso hay que buscar capas transparentes para no ocultar el trabajo anterior.

Es preferible trabajar sobre una base satinada para poder corregir y difuminar los óleos con suavidad. Con un pincel limpio arrastramos el color hacia atrás para crear los rastros de combustible y aceite del motor.

Conforme se van secando los esmaltes empiezo a añadir trazos de suciedad arrastrada con lápices acuarelables usando tres colores: un marrón claro, un marrón oscuro y negro, por este orden. Más adelante se explica este proceso con más de detalle.

Otra forma de añadir tonos a los colores de la base es picoteando con la punta del lápiz, es curioso como unos poco toques de un color sobre otro parecido hacen cambiar la percepción visual del color. Con un azul muy oscuro voy añadiendo desconchones y pequeños rayonazos, pudiendo hacerlos o matizarlos también con el marrón oscuro o negro.

Estos dos colores los uso más sobre el interior de las manchas de escape, añadiéndoles profundidad e imitando salpicaduras de aceite o combustible expulsado por los escapes.

Del mismo modo, pero de una forma más dispersa, pueden imitarse las diversas salpicaduras provocadas por el flujo de la hélice hacia la panza del avión, una mezcla de humedad y suciedadde la cubierta, del ambiente marino y de nuevo de los fluídos del avión.

El trabajo con óleos/esmaltes AK en la parte superior comienza por los humos, añadiendo profundidad con mezclas de marrones oscuros y negro, de manera muy suave para no modificar en exceso los tonos de la base. Si acaso, he insistido algo más con los tonos más oscuros en la parte más cercana a los escapes. Una vez seco doy una ligera capa de barniz mate para usar ya los lápices marrón y negro, en principio en forma de test para acabar dibujando los rastros de suciedad definitivos.

A la vez se va panelando el resto del fuselaje añadiendo variedad tonal a todas las zonas efectadas por los humos, teniendo cuidado de disminuir su intensidad conforme nos acercamos a la cola.

El encastre de los estabilizadores y la zona adyacente de la cola reciben el mismo tratamiento, de una forma un poco más intensa.

El proceso en las alas es idéntico, completando el trabajo completamente en una antes de pasar a la otra. Una vez más, desde la articulación del ala hacia el exterior el trabajo es mucho más suave limitándose casi exclusivamente al panelado de las líneas.

Aquí podéis ver como el trabajo avanza en la semiala izquierda y las sutiles variaciones de tono de una imagen a otra. Hay que procurar huir de la simetría y que ambas alas sean parecidas, pero no idénticas.

Durante el proceso de secado de los óleos/esmaltes, y una vez que estos han perdido su brillo, podemos usar bastoncillos de maquillaje para difuminar el color, suavizándolo y haciéndolo más transparente.

Proceso de pintura de un rastro de suciedad, en este caso en un alerón. La base del mismo estará hecha a aerógrafo o con óleo y en un color claro. Lo ideal es una superficie mate aunque los lápices que yo tengo (Faber Castell) también van bien sobre el barniz satinado de Vallejo. Sobre la base hacemos el primer trazo con un marrón claro, este color marcará la longitud máxima del trazo. Seguidamente pintamos por encima con un marrón más oscuro, realizando un trazo más fino y corto. Finalmente el negro, que se limita únicamente a la raíz del trazo.

Esta es una manera básica, como toque final se puede suavizar con un pincel de silicona o con un bastoncillo de maquillaje. Esto mismo puede hacerse a cada color antes de aplicar el siguiente, o no aplicarlo y repasar la mancha entera con un pincel humedecido en agua lo que hará que los colores adquieran mucha más intensidad, creando un trazo más duro y definido.

El trabajo con lápices abarca todas las áreas del avión. Con un color gris claro desconcho ligeramente la pintura alrededor de los registros de las armas, acceso de la cabina y algunos paneles. Con un gris más oscuro hago lo mismo sobre las áreas de color negro y numerales.

Usando marrón oscuro, azul oscuro y negro voy punteando salpicaduras a lo largo de todo el borde de ataque, insistiendo más en las áreas cercanas a la raíz alar.

Marrón y negro se usan también en la parte de los flaps ensuciada por los humos, sin olvidarse de las escarapelas y la abeja que reciben el mismo tratamiento.

Es un proceso muy largo, tedioso y cansado pero que una vez visto en conjunto se agradece. Como apunte final por si algún lector usa estas fotos a modo de guía, tened en cuenta que las fotos exageran un poco el efecto, queda bastante más suave en realidad y son mejor referencia las fotos generales que los primeros planos donde, por lo que sea, la cámara intensifica demasiado algunos de los colores usados.

La hélice recibe una base de X-18. Con dos tonos de gris se desgasta el negro a lo largo del borde de ataque y se hacen trazos transversales. Finalmente usando de nuevo X-18 se acentúa el contraste. Aquí es posible exagerar el efecto porque sino el barnizado ocultará casi todo el trabajo hecho. En lugar de pintarlas, las puntas de las alas reciben las calcas del kit, que de nuevo se adaptan perfectamente. He omitido el logo del fabricante porque en las fotos reales se ven tanto aviones que lo portan como otros que no. Sí he mantenido el stencil con las características de la pala. Las instrucciones indican el color negro para el buje. Yo lo he pintado en aluminio como se ve también en algunas fotos, destacando el detalle con óleos.

El desgaste más intenso se hace de nuevo con lápices, usando finalmente color metalizado de Prismacolor, que deja un metalizado muy real.

El tren de aterrizaje se trabaja igual que el resto del avión, aunque en esta ocasión he usado color Bitume en óleo para resaltar los detalles. A partir de ahí, y por orden, se usa lápiz azul oscuro, marrón claro, marrón oscuro y negro para aplicar desconchones, rayonazos y salpicaduras.

Finalmente con Fuel Stains de AK aplico algunos toques en la articulación y zonas cercanas, dejando un brillo y un tono muy adecuado.

La pintura de los lanzacohetes es idéntica a lo realizado con el color blanco en el resto del avión. Como única diferencia está el añadido de pequeños trazos de óxido hechos con lápiz marrón oscuro, naranja y un lápiz pastel de tono anaranjado oscuro.

Las bombas no vienen en el kit de Tamiya así que hubo que echar mano de la caja de restos. Me apetecía equiparlas con el “Daisy cutter”, así que corté la espoleta, inserté el accionador hecho con varilla de plástico y coloqué la espoleta en el extremo. El cable de armado es de plástico estirado y las bridas están hechas con cinta de enmascarar. El color base es XF-62 pardo oliva. Lo aclaro añadiendo un poco de amarillo y doy trazos transversales por todo el cuerpo de la bomba. A continuación hago lo mismo oscureciendo el color con negro. Finalmente se retoca de nuevo con el XF-62 y se pasa a pintar las banda amarilla y el resto de detalles. Un filtro con un marrón muy oscuro unifica los colores y perfila los detalles.

Con negro se desconcha el color amarillo y con un amarillo claro se hacen rayonazos por la pieza. Finalmente añado toques de óxido, más intenso que en los lanzacohetes, como se aprecia en algunas fotografías.

Minitutorial – Pintura de depósitos lanzables:

A la vista de las fotos disponibles se observa que en la mayoría de los casos los depósitos presentan un desgaste muy acusado en forma de manchas de combustible, de manipulación y rayonazos por doquier. La pintura sigue el mismo orden que en las piezas anteriores, comenzando por una base de marrones a aerógrafo, no hay que olvidarse ni menospreciar la parte inferior de los mismos, que también tiene su protagonismo.

En uno de ellos se añade verde amarillo imprimación, un detalle sacado de una foto real.

Se intensifica el efecto del aerógrafo con pinceladas de óleos marrón oscuro y negro, fundiéndolos entre sí de manera aleatoria. Como antes, se aprovecha para hacer trazos de suciedad arrastrada.

Rayonazos y pequeños desconchones hechos con azul muy oscuro.

Se añaden algunos toques de marrón claro sobre las áreas más claras de las manchas y se suavizan con el bastón de maquillaje.

Se hace lo mismo con marrón oscuro sobre las áreas más oscuras de la mancha, alrededor del tapón de llenado y aletas. Se insiste en la parte inferior, de nuevo imitando salpicaduras.

Para finalizar se hace lo mismo con el lápiz negro, en zonas muy localizadas  y se dibujan los chorretones de combustible derramado

Maqueta terminada

Paso a paso realizado por Juan Villegas, podéis disfrutarlo en papel en el número 251 de Euromodelismo.