´What-if´ F4F-4 Lince español – Academy 1/72, por @Clau_SO

  • Maqueta: F4F-4
  • Marca: Academy Ref. 12451
  • Escala: 1/72

En mayo de 1944, el portaaviones de escolta USS Block Island se encontraba patrullando la zona de Azores y Cabo Verde junto a un grupo antisubmarino de la marina norteamericana. A las 17:00 de la tarde del 29 de mayo, se lanzan desde ese portaaviones seis cazas F4F Wildcat, estableciendo un perímetro de búsqueda de submarinos en un radio de 100 millas alrededor del grupo. A las 21:00 de la noche, otros 6 TBM Avenger debían reemplazarlos en esa tarea.

Sin embargo, antes de ese relevo, el submarino U-549 atacó el grupo hundiendo el portaaviones USS Block Island a 200 millas de las Islas Canarias. Momentos antes del hundimiento, se dio la orden a los cazas en vuelo que se dirigieran a las Azores o a las Canarias a riesgo de ser internados.

Alrededor de las 22:15, los 6 cazas logran aterrizar en el aeródromo de Gando en Gran Canaria ante la sorpresa de la guarnición española en la base. Las tripulaciones son detenidas, y los aviones son almacenados en un hangar del aeródromo. Aunque a las pocas semanas las tripulaciones son repatriadas, la armada norteamericana considera que el esfuerzo de recuperar los cazas es innecesario.

Al terminar el conflicto en 1945, el gobierno español considera la opción de recuperar esos aviones y ponerlos en servicio. Es por ello que, tras varias negociaciones, los 6 aviones son comprados en 1948 por 2.500.000 pesetas. Inmediatamente se consiguen reparar y adecuar 4 de los cazas, que son integrados en el 29º Grupo Expedicionario de Caza y probados hasta 1949 cuando entran en servicio.

Sin embargo, debido a la falta de repuestos en 1954 solo quedan dos Wildcat en vuelo. Con la llegada en ese mismo año de los primeros T-6 Texan, se consiguen algunos motores y piezas de recambio para los Wildcat. Además, los técnicos canarios logran adaptar componentes de los Texan, y mejoran varios sistemas para actualizarlos y de este modo se consiguen poner los 6 Wildcat en servicio, y se integran en el 463º Escuadrón del Ejército del Aire con las identificaciones del 20 al 26. En 1957 con motivo del conflicto del Ifni, los 6 cazas participan activamente en labores de patrulla y ataque a tierra sobre el Sáhara Español hasta 1958.

En 1965 dos de los Wildcat se pierden en vuelo, uno durante el aterrizaje (463-20), y otro por fallo de motor sobre el atlántico (463-22) quedando 4 en servicio a principios de 1975, cuando vuelven a volar sobre el Sáhara en tareas de patrulla.

En 1976 se plantea la sustitución de los cazas debido a su antigüedad y la llegada de aeronaves más modernas y capaces, y así a partir de 1977 se dan de baja los más dañados (463-21 en 1977, y 463-26 en 1978), quedando solo dos de los Wildcat en servicio limitado en la Isla, hasta que en 1982 se dan definitivamente de baja. Ambos cazas (463-23 y 463-25) permanecen entonces almacenados en uno de los hangares de la Base Aérea de Gando, y es en 1988 cuando el Wildcat 463-25 es adquirido por el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Madrid, y tras una restauración del mismo, se expone junto al B-25. El otro Wildcat (463-23) se coloca en la entrada a la Base de Gando como homenaje.

 

Si te estás rascando la cabeza y no te suena haberlo visto en el Museo de Aeronáutica o ni sabias esta historia, es porque es ficción. Sí que es verdad que los Wildcat se estrellaron cerca de Canarias, pero las aeronaves se perdieron.

LA IDEA

Tenía rondando por casa, olvidada en una caja acumulando polvo, un Wildcat de Academy a 1/72 de cuando empecé con el hobby. Estaba montada de mala manera, con los transparentes blanqueados y pintado de azul a spray, así que tomé la decisión de darle otra oportunidad y hacer algo original con ella. Por un casual, buscando información para otro proyecto, leí la historia de los Wildcat y se me ocurrió que tal vez estaría bien hacer un What-If de un Wildcat español.

EL PROCESO

Tras quitarle el polvo, pude comprobar que estaban todas las piezas y por tanto no sería necesario hacer nada a scratch. Para despintarlo opté por sumergirlo en un tupper con alcohol durante 15 minutos para soltar la pintura y el cianocrilato que usaba por aquel entonces. Todas las piezas quedaron más o menos limpias, y para mi sorpresa la cabina estaba hecha con fotograbados, aunque estaban bastante doblados.

Fue necesario repanelar varias partes y volver a remachar algunos paneles, y volví a montar la cabina usando plasticard y los mismos fotograbados ya arreglados. El montaje es muy simple, aunque la unión de las dos mitades y las alas con el fuselaje necesitó algo de trabajo con masilla. El cristal estaba muy dañado, con marcas blanquecinas del cianocrilato, así como una fisura en la parte frontal. Raspando primero para eliminar la mayor parte de la costra, y después lijando con grano cada vez más fino conseguí recuperar la mayor parte del cristal, aunque la fisura no pudo ser reparada.

Con todo en su sitio de nuevo tocó pintar. Primero un presombreado con negro (XF-1) y luces en blanco (XF-2) con un patrón de nubes. Para lograrlo, utilicé una aguja de 0’3 y quité el protector de la punta del aerógrafo para lograr un trazo lo más fino posible. Para el patrón, primero unos puntos blancos con la pintura bien diluida, y después fui uniendo al azar algunos de ellos. Para las tapas de los registros sólo se dio blanco sin más.

A la hora del camuflaje me encontré con un dilema: hacerlo gris como los aviones que estaban en servicio a finales de los cuarenta tal como eran los bf-109, o con camuflaje tricolor (lagarto) como si estuviera en servicio en los 70. Tras consultar a varios compañeros, opté por el lagarto.

Los colores empleados fueron todos de Real Color de AK Interactive. La parte inferior se pintó en Light Ghost Grey (RC252). El patrón sigue más menos el mismo que empleaban los T-6 Texan en 1975, usando para ello cinta cortada siguiendo el contorno de cada color. Para el marrón se utilizó Dark Tan (RC225) y para el verde, Pale Green (RC232). El color arena fue algo distinto, ya que primero se dio una capa de amarillo (RC267) muy diluida, y sobre esta y en capas muy finas Sand (RC226) hasta llegar al tono que buscaba. También se hicieron algunos desconchones en el morro y los paneles del motor con un pincel y pintura metalizada.

Tenía unas calcas españolas sueltas, que junto a unos números de identificación de una AV-8 de la marina sobrantes, dieron a la maqueta el perfil español. Tras barnizar en brillo, se dieron varios tonos de oleo negro, gris y amarillo por las líneas de panel, y tras arrastrar con un pincel plano todo hacia detrás, fui difuminando cada panel por separado, eliminando más óleo en el centro y menos en los bordes para lograr algo de profundidad y variedad. El barniz final fue marabu mate.

CONCLUSIÓN

Aunque es verdad que podría haber utilizado alguna maqueta más actual del Wildcat o la original sin montar, ha sido un trabajo muy entretenido y original. Animo a cualquiera que pruebe a restaurar sus maquetas antiguas y les de otra oportunidad en lugar de abandonarlas o tirarlas.