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El Nieuport 11, Bébé, introducido en enero de 1916, había sido capaz de hacer frente a los monoplanos Fokker, pero su motor Le Rhône 9C de 80 CV resultaban insuficiente, por lo que pronto comenzaron los proyectos paras ustituirlo por el Le Rhône 9J de 110 CV. De esta idea surgieron dos modelos diferentes: el Nieuport 16, que era básicamente un Bébécon el nuevo motor, y el más grande Nieuport 17. El Nieuport 16, sin embargo, quedó en un modelo provisional que apenas se vio en el frente debido a los problemas de centrado debidos al excesivo peso del morro ocasionado por el nuevo motor,

El Nieuport 17, sin embargo, resultó todo un éxito hasta el punto de que su configuración como sesquiplano, heredada del Bébé, empezó a aparecer poco después en los nuevos aviones alemanes.

Los primeros ejemplares aparecieron en marzo de 1916 y para mayo de aquel año ya había una escuadrilla, la N.57, totalmente equipada con el nuevo caza. A mediados de 1917, sin embargo, los nuevos Albatros D. III ya se mostraban superiores al caza francés.

En las escuadrillas francesas el armamento habitual era de una ametralladora Vickers de 7,7 mm. sincronizada con la hélice y, a veces, una Lewis de 7,7 mm. sobre el ala superior. En el caso de los aviones en servicio con el ejército inglés, era habitual montar únicamente la Lewis sobre un soporte Foster, que permitía cambiar el tambor con facilidad y, de paso, disparar hacia arriba.

Charles Nungesser había trabajado en Argentina como mecánico y piloto de coches de carreras antes de interesarse por la aviación. Regresó a Francia poco antes del inicio de la guerra y, tras un inicio en caballería, pasó pronto a aviación. Valiente, indisciplinado y juerguista, parecía la encarnación del estereotipo del piloto de caza. Sus heridas debidas tanto al combate como a un grave accidente, le mantuvieron a veces en tierra, pese a lo cual terminó la guerra como tercer as de Francia con 43 victorias. Desapareció a los 35 años, el 8 de mayo de 1927, junto a François Coli cuando intentaba el vuelo entre París y Nueva York. Las bandas tricolores en el ala superior del avión que nos ocupa las añadió tras verse obligado a derribar a un inglés que lo atacó por error.